Signos Bifrontes

Dice Rama, Las ciudades despliegan suntuosamente un lenguaje mediante dos redes diferentes y superpuestas: la física que el visitante común recorre hasta perderse en su multiplicidad y fragmentación, y la simbólica que la ordena y la interpreta, aunque solo para aquellos espíritus afines capaces de leer como significaciones los que no son nada más que significantes sensibles para los demás, y merced a esa lectura reconstruir su orden. Hay un laberinto de las calles y un laberinto de los signos. En ambos sentidos la ciudad desarrolla -y reproduce- una gramática: "toda ciudad puede parecernos un discurso que articula plurales signos-bifrontes de acuerdo a leyes que evocan las gramaticales".



(Ángel Rama, La Ciudad Letrada, Ed. Siglo XXI, 2003)

lunes, 9 de abril de 2012

PIPIROOM

Jannis Navarro



En el baño ocurren situaciones varias que muchas veces solo quedan en esas cuatro paredes, el baño sirve de encuentro, como salón de belleza, como hospital y muchas veces como confesionario.¿Cuántas veces no hemos llegado a conclusiones que quizás podrían salvar al mundo completo? Pero, por el simple hecho de estar solos y sin una grabadora en mano todos nuestros  pensamientos se van al mismo lugar por donde se inicia nuestro motivo de entrar, y obviamente para las necesidades básicas. En conclusión el baño es algo fundamental para nuestras vidas y eso fue exactamente lo que le pasó a Matilde, cierto día sintió esa necesidad profunda de aliviar su alma, pero lamentablemente en el sitio que se encontraba, el baño más próximo estaba a bastantes cuadras. Mientras Matilde maldecía con todo su corazón aquel “activia” y galletitas de fibra que había tomado en la mañana y de paso pensaba cual era el mejor medio para llegar más rápido al baño, se le acercó una viejita con yeso en su muñeca y le preguntó si la podía llevar a la esquina de Water Martinez con Toballa, Matilde sabía exactamente donde quedaba el lugar pero quedaba al otro lado de donde se encontraba el baño, al final su buena voluntad y la cara de la viejita que se veía bastante preocupada, dejaron de lado sus ganas y como buena mujer se dijo así mismo ¡Me Aguanto!
Durante el viaje a Matilde le llamó la atención que la bolsa que llevaba la viejita tenía estampado la figura de un papel higiénico lo que la hizo recordar aun más sus deseos, pasaban los minutos, las calles y en un acto de olvidar aquella necesidad, comenzó hablar con la viejita que durante todo el camino se mantuvo bastante callada. Le preguntó que por qué motivo se dirigía hacia allá, a lo que la viejita le respondió, que iba a dejarle un regalo a su hijo, el cual hoy inauguraba su nuevo trabajo y ella quería estar presente en ese nuevo proyecto, además de verlo ya que ella era del sur y por motivos de enfermedad hace tiempo que no compartía con él.Cuando por fin llegaron al lugar Matilde se fijó que claramente se trataba de una inauguración ya que habían promotoras, globos y un gran banquete, también se encontraban señores muy bien vestidos y mujeres muy elegantes, la viejita por su parte se mostró bastante emocionada y apretó fuertemente el brazo de Matilde cuando vio a su hijo en la recepción del lugar. La viejita invitó a Matilde a pasar y presentar a la mujer que la había acompañado hasta a ahí, pero Matilde se resistió y dijo que tenía que ir urgentemente a otro sitio, a lo que la viejita insistió y colocando una carita similar a la del gatito de Shrek nuevamente Matilde no se pudo negar.Cuando entraban los guardias del lugar pidieron la identificación de ambas, pero como ninguna contaba con la tarjeta de invitación que se requería, los guardias comenzaron a sacarlas sin preguntar quienes eran y porque estaban allí. Matilde muy enojada les gritaba que la viejita era la madre del dueño, se armó una batahola tan grande que nadie del lugar quedó indiferente, a lo que salió el hijo de la viejita a ver lo que ocurría y se dio cuenta que la que estaba metida en el lío era nada más ni nada menos que su madre, a lo que grito con gran enojo ¡Suéltela es mi madre! Y los guardias muy sorprendidos y avergonzados pidieron las disculpas y regresaron a su lugar de trabajo. El hijo de la viejita abrazó a su madre con mucha alegría y le preguntó quién era la jovencita que la acompañaba, a lo que la viejita le contó toda la historia, él muy agradecido le ofreció a Matilde que pasará a la recepción y tomará alguna cosa, a esas alturas lo último que no quería Matilde era tomar algo y ella se negó y al igual que su madre, el hijo insistió y Matilde una vez más no se pudo negar.Al llegar al coctel Matilde se dio cuenta que la empresa que abriría próximamente el hijo de la viejita era sobre baños y productos de decoración de estos a lo que sonrió pensando en las ironías que tiene la vida, dio un vistazo al lugar, al final del salón una puerta se iluminó ante sus ojos y una emoción se apoderó de su cuerpo, ahí  se ubicaba lo que ella había requerido durante todo el viaje, un baño. 

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