Marcela Álvarez
Solo recordaba
que había salido de su casa muy temprano
y que había olvidado como regresar a su hogar.
Mientras
caminaba tratando de recordar donde estaba, ya que las calles no le eran
familiares, anocheció. Tenía mucho miedo de no saber donde estaba, mientras que
caminaba se encontró con un vagabundo de nombre Pedro, que en un comienzo le
dio miedo, pero luego escuchó que el vagabundo la llamaba por su nombre
–Esperanza, esperanza es lo que me falta, lo que necesito, cuando te perdí-
Esperanza trato de reconocer al hombre, ya que pensó que podría ser su padre, preocupado
por ella, pero luego se dio cuenta que no era, así que siguió caminando.
Recorriendo las calles la niña escuchaba, que las personas la llamaban
durmiendo, que su nombre era codiciado por muchos, pero buscado por pocos, por lo que escuchaba, varios la habían
perdido, se preguntaba cuantas personas la estarían buscando.
De pronto Esperanza muy feliz reconoció
el lugar donde estaba, ¡Que alegría! estaba llegando a su hogar, pero tenía que
pasar por unos callejones que le daban miedo por su obscuridad y silencio que
era llamado ´´El caudal``, nunca comprendió su nombre, pero hasta ese día prefería no caminar sola por esa calle, pero
era el momento tenía que avanzar sola,
observo el callejón y se dijo - vamos Esperanza tu puedes- Caminando
comprendió que la vida era como aquel callejón oscuro, sabía lo que había antes
sus ojos y lo que había atrás de ella, pero no sabía lo que había más adelante,
lo que le preparaba el camino.
Ansiosa
por llegar a su casa pensó -¡Corre, corre, no pares!-. Cuando llegó a su casa, su padre la abrazo con fuerza y
Esperanza en un susurro le dijo – ¿Papá porque las personas me han perdido?-. Y el papá le respondió, - Esperanza
no te han perdido, solo, no recuerdan donde te dejaron la última vez, que no
lograron algo, mi hijita, la esperanza es lo último que se pierde en esta vida.
-Que ironía- Le dijo Esperanza a su
padre-. La esperanza es lo último que se pierde y yo me he perdido hoy- y él le respondió- pero yo, ya te recuperé-.
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