Signos Bifrontes

Dice Rama, Las ciudades despliegan suntuosamente un lenguaje mediante dos redes diferentes y superpuestas: la física que el visitante común recorre hasta perderse en su multiplicidad y fragmentación, y la simbólica que la ordena y la interpreta, aunque solo para aquellos espíritus afines capaces de leer como significaciones los que no son nada más que significantes sensibles para los demás, y merced a esa lectura reconstruir su orden. Hay un laberinto de las calles y un laberinto de los signos. En ambos sentidos la ciudad desarrolla -y reproduce- una gramática: "toda ciudad puede parecernos un discurso que articula plurales signos-bifrontes de acuerdo a leyes que evocan las gramaticales".



(Ángel Rama, La Ciudad Letrada, Ed. Siglo XXI, 2003)

domingo, 29 de abril de 2012

Esperanza perdida… si la ven, devolver al dueño


Marcela Álvarez

Solo recordaba que  había salido de su casa muy temprano y que había olvidado como regresar a su hogar.
                Mientras caminaba tratando de recordar donde estaba, ya que las calles no le eran familiares, anocheció. Tenía mucho miedo de no saber donde estaba, mientras que caminaba se encontró con un vagabundo de nombre Pedro, que en un comienzo le dio miedo, pero luego escuchó que el vagabundo la llamaba por su nombre –Esperanza, esperanza es lo que me falta, lo que necesito, cuando te perdí- Esperanza trato de reconocer al hombre, ya que pensó que podría ser su padre, preocupado por ella, pero luego se dio cuenta que no era, así que siguió caminando. Recorriendo las calles la niña escuchaba, que las personas la llamaban durmiendo, que su nombre era codiciado por muchos, pero buscado por pocos,  por lo que escuchaba, varios la habían perdido, se preguntaba cuantas personas la estarían buscando.
                De pronto Esperanza muy feliz reconoció el lugar donde estaba, ¡Que alegría! estaba llegando a su hogar, pero tenía que pasar por unos callejones que le daban miedo por su obscuridad y silencio que era llamado ´´El caudal``, nunca comprendió su nombre, pero hasta ese día  prefería no caminar sola por esa calle, pero era el momento tenía que avanzar sola,  observo el callejón y se dijo - vamos Esperanza tu puedes- Caminando comprendió que la vida era como aquel callejón oscuro, sabía lo que había antes sus ojos y lo que había atrás de ella, pero no sabía lo que había más adelante, lo que le preparaba el camino.
                Ansiosa por llegar a su casa pensó -¡Corre, corre, no pares!-. Cuando llegó  a su casa, su padre la abrazo con fuerza y Esperanza en un susurro le dijo – ¿Papá porque las personas me han perdido?-.            Y el papá le respondió, - Esperanza no te han perdido, solo, no recuerdan donde te dejaron la última vez, que no lograron algo, mi hijita, la esperanza es lo último que se pierde en esta vida. -Que  ironía- Le dijo Esperanza a su padre-. La esperanza es lo último que se pierde y yo me he perdido hoy-  y él le respondió- pero yo,  ya te recuperé-.

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