Signos Bifrontes

Dice Rama, Las ciudades despliegan suntuosamente un lenguaje mediante dos redes diferentes y superpuestas: la física que el visitante común recorre hasta perderse en su multiplicidad y fragmentación, y la simbólica que la ordena y la interpreta, aunque solo para aquellos espíritus afines capaces de leer como significaciones los que no son nada más que significantes sensibles para los demás, y merced a esa lectura reconstruir su orden. Hay un laberinto de las calles y un laberinto de los signos. En ambos sentidos la ciudad desarrolla -y reproduce- una gramática: "toda ciudad puede parecernos un discurso que articula plurales signos-bifrontes de acuerdo a leyes que evocan las gramaticales".



(Ángel Rama, La Ciudad Letrada, Ed. Siglo XXI, 2003)

martes, 10 de abril de 2012

Decisiones de Vida


Felipe Irigoyen

Yo estoy aquí, pero ¿Por qué? ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué debo hacer? A donde sea que miro no logro ver nada más que odio, conflictos y repudio… Esto es algo sin sentido, vacío.
Esto no va cambiar nunca. Solo tendrá fin hasta que la vida decida terminar con ese inútil contrato que a todos nos obliga a firmar, sin excepciones. ¿Por qué? ¡Da igual! A nadie le importa y a nadie le importará. Solo sigamos mirándonos las caras con ese maldito puñal en mano. Así es humanidad, es tu triste realidad.
¡Estoy harto! Harto de verte. Harto  de escucharlos. De saber que es un vil papel el que maneja nuestras vidas… Esos golpes ¿Es su amor?... ¿Por qué están juntos? ¿Por qué perdieron su tiempo en un matrimonio? ¿Por qué son mentirosos consigo mismos?... ¿Para qué hacen que me ilusione con su idea de “pareja”? Todo es mentira, absolutamente todo.
¿Para qué?...
¿Por qué?...
 ¿Para qué sigo con esto? Estas mismas sensaciones negativas ¿De que servirán? ¿Para que me sigo encadenando? Detente…  escucha lo que piensas un segundo. Deja de escupir palabras sin sentido. Solo caes en la misma bazofia que tanto odias… incluso estás más bajo.
“¿Por qué?”… Qué  gracioso. Solo necesitaba un “para que”. Necesitaba un objetivo, un futuro, y no encerrarme en describir el hecho. Alojarme en el “para” y no en un “por” eterno y sin salida.
Mi “para que” será crecer. Separarme de toda esta suciedad que solo me ata. No ser más una simple piedra, que espera ser usada en una construcción maliciosa. ¿Para qué someterme a esta guerra que solo me consume? Gastaré mi fuerza en comprender y cambiar, no solo en entender.
Nadaré contra la corriente buscando esos “para que” en medio de la crisis y ahí actuaré. ¿Para qué? Para que esta gran masa gris llamada humanidad tenga forma y color. Para eso yo estoy aquí  y eso decidí creer. No detenerme solo a pensar que nuestra vida ya esta escrita por algo o alguien superior. Cambiaré a mi antojo el final de mi guión: mover las piezas de mi tablero de ajedrez con mucha cautela. Ya perdí varias con jugadas  inútiles y descuidadas.
Así percibo la vida. Un juego donde las oportunidades no se regalan, se persiguen. Donde nuestra partida se ve obstruida con nuestras propias piezas.
Esta  es mi vida, mi juego. Único. Especial. Tuve la suerte de que nunca hubo peones que estorbaron…
No… Solo miento. No puedo negar. Alguna vez los tuve, pero terminé por odiarlos y eliminarlos. Peones por los que en algún momento sentí aprecio y lo sigo sintiendo. Mis queridos peones, que sería de mí sin escoria tan simple como ustedes.
Esta es mi decisión, y para eso sé que estoy aquí, tal vez sea tu subconsciente, razonando. Firme ante la adversidad y esperando no ceder tan fácil. Yo, solo, no puedo lograr que este ideal tenga brillo propio. Y, que dices ¿estás conmigo?

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