Signos Bifrontes

Dice Rama, Las ciudades despliegan suntuosamente un lenguaje mediante dos redes diferentes y superpuestas: la física que el visitante común recorre hasta perderse en su multiplicidad y fragmentación, y la simbólica que la ordena y la interpreta, aunque solo para aquellos espíritus afines capaces de leer como significaciones los que no son nada más que significantes sensibles para los demás, y merced a esa lectura reconstruir su orden. Hay un laberinto de las calles y un laberinto de los signos. En ambos sentidos la ciudad desarrolla -y reproduce- una gramática: "toda ciudad puede parecernos un discurso que articula plurales signos-bifrontes de acuerdo a leyes que evocan las gramaticales".



(Ángel Rama, La Ciudad Letrada, Ed. Siglo XXI, 2003)

domingo, 29 de abril de 2012

Dreyfus, fuck yeah!


Mizraim Bravo

El caso Dreyfus irrumpe en la historia para calcar en la frente las 7 p de Dante a través del purgatorio, la truculenta maquinación de los ejes del ejercito junto con la meditativa imaginación del general Du Paty quebrantaron  a Francia  dejándola al borde de una guerra civil. Un profundo amarillismo editorial con enarbolados ribetes antisemitas coronaron de amargas tangentes la sociedad francesa del siglo 19.
Alfred Dreyfus nunca esperó un reconocimiento de laureles de un vendado de ojos con una pesa en la mano, nunca cortó los troncos de la isla del diablo para aventurarse mar adentro y huir como un cobarde. Nunca fue declarado inocente y murió en  la completa apatía.
Zola y su yo acuso  anexa a los intelectuales funciones que de aquí en adelante serán  claves en la relación cultura-sociedad y pone de manifiesto la labor de un intelectual como una conciencia no conciencia de sí mismo ni su postura, es una inmediata reacción   vertical de la espalda y la tráquea erecta, es un todo articulatorio que alinea mi centro con el cerebro colectivo capaz de transparentar mi mano más que la ceniza y la Cahantun sin gas. 

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