Signos Bifrontes

Dice Rama, Las ciudades despliegan suntuosamente un lenguaje mediante dos redes diferentes y superpuestas: la física que el visitante común recorre hasta perderse en su multiplicidad y fragmentación, y la simbólica que la ordena y la interpreta, aunque solo para aquellos espíritus afines capaces de leer como significaciones los que no son nada más que significantes sensibles para los demás, y merced a esa lectura reconstruir su orden. Hay un laberinto de las calles y un laberinto de los signos. En ambos sentidos la ciudad desarrolla -y reproduce- una gramática: "toda ciudad puede parecernos un discurso que articula plurales signos-bifrontes de acuerdo a leyes que evocan las gramaticales".



(Ángel Rama, La Ciudad Letrada, Ed. Siglo XXI, 2003)

martes, 1 de mayo de 2012

Yo acuso, pero antes observo


Sebastian Acevedo 

Desde mi punto de vista, Emile Zola tiene una valentía que superaba los limites de héroes, tal vez para no sonar tan halagador, ni para que subir a él a un pedestal; quizás fue su impotencia que lo llevo a hacer semejante acto, ya que él estaba consciente de lo que le vendría y como pagaría su acto, él sabía  la reacción que conllevaba tal acción,
Con todo lo que acusaba lo que más sentí relevante a mi realidad, fue la injusticia y la corrupción de quienes manejan el poder, ya que la mayoría solo vela por su bienestar y diciendo o prometiendo, asegurando de que se preocuparan por el pueblo terminan mintiendo, siendo este el error de toda la humanidad, el acto de mentir.
Sobre el juicio que tuvo, creo que fue exagerado, pero esas eran las leyes de esos tiempos, y como último pensamiento, Emile Zola da paso a que los intelectuales de aquellos años se preocuparan por el pueblo, ya que se les consideraban una “elite”, y de esta forma se bajaran de dicho escalón imaginario y pusieran los pies en la tierra, no solo tierra como planeta donde está el asfalto, si no que tierra como el campo donde están la mayoría de la población trabajando.

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