Signos Bifrontes

Dice Rama, Las ciudades despliegan suntuosamente un lenguaje mediante dos redes diferentes y superpuestas: la física que el visitante común recorre hasta perderse en su multiplicidad y fragmentación, y la simbólica que la ordena y la interpreta, aunque solo para aquellos espíritus afines capaces de leer como significaciones los que no son nada más que significantes sensibles para los demás, y merced a esa lectura reconstruir su orden. Hay un laberinto de las calles y un laberinto de los signos. En ambos sentidos la ciudad desarrolla -y reproduce- una gramática: "toda ciudad puede parecernos un discurso que articula plurales signos-bifrontes de acuerdo a leyes que evocan las gramaticales".



(Ángel Rama, La Ciudad Letrada, Ed. Siglo XXI, 2003)

martes, 15 de mayo de 2012

Un vistazo a mis queridos profesores


Marcela Álvarez

La profesora que me marcó de una manera positiva impartía la asignatura de lenguaje de educación básica, quien era una profesional que ocupaba la pedagogía del buen humor, sabía comunicarse con los alumnos, era de una corriente constructivista, saliéndose de los esquemas de mi colegio, ya que la mayoría de los profesores eran conductista y solo dictaban la materia.
            Esta profesora se llama Carolina pero no recuerdo su apellido, fueron sus clases las que me motivaron a estudiar esta carrera de lenguaje, en realidad fue ella quien me enseño que me vocación es enseñar.
            También tuve un profesor  que me marcó negativamente, lo gracioso es que de él, si me acuerdo su nombre completo, Fermín Campos, él impartía la asignatura de Naturaleza y Comprensión del medio, ningún alumno lo respetaba e incluso se quedaba dormido en clases. Bueno, no quiero ser injusta con él, ni defenderlo, pero un día caminando por afuera del colegio en la noche, descubrí que trabajaba como profesor y además era encargado de la educación de adulto, por lo tanto trabajaba en la noche y en el día, por esta razón el cuerpo no le daba para más, y sentí un poco de compasión por él, y ahora que escribo esto me doy cuenta, que también me marcó en algo positivo: el esfuerzo. Me di cuenta que hasta los peores profesores tienen algo bueno, que irónico...
            Yo deseo ser como la profesora que era excelente para impartir sus clases  y además quiero ser igual de esforzada que ese profesor que no daba para más, y que debía trabajar más de la cuenta para poder sobrevivir…

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