Signos Bifrontes

Dice Rama, Las ciudades despliegan suntuosamente un lenguaje mediante dos redes diferentes y superpuestas: la física que el visitante común recorre hasta perderse en su multiplicidad y fragmentación, y la simbólica que la ordena y la interpreta, aunque solo para aquellos espíritus afines capaces de leer como significaciones los que no son nada más que significantes sensibles para los demás, y merced a esa lectura reconstruir su orden. Hay un laberinto de las calles y un laberinto de los signos. En ambos sentidos la ciudad desarrolla -y reproduce- una gramática: "toda ciudad puede parecernos un discurso que articula plurales signos-bifrontes de acuerdo a leyes que evocan las gramaticales".



(Ángel Rama, La Ciudad Letrada, Ed. Siglo XXI, 2003)

martes, 15 de mayo de 2012

La transformación del hombre moderno


Oscar Gómez

El hombre moderno, el hombre liberal. Aquel que cree tener dominio de  todo lo material y lo espiritual. El dueño del mundo, del universo, dueño de todo menos de si mismo. Un ser superior que vive invadido de inseguridad, lleno de tapujos, lleno de envidia. Es aquel que ha perdido el control; es un reflejo del caos, el que se destruye a si mismo porque no valora la simpleza de las cosas. Es aquel que vive del día a día; el que no piensa en el mañana. Yo me pregunto: ¿No somos acaso el mismo hombre primitivo de antes ocupando el mismo envase?, somos iguales por dentro, y distintos por fuera. Somos caníbales porque nos alimentamos de nosotros mismos, devorando nuestras ideas y todo lo que creamos. No somos capaces de actuar civilizadamente y todo esto será la causa de nuestro exterminio, avanzamos hacia el origen del homosapiens.



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