Signos Bifrontes

Dice Rama, Las ciudades despliegan suntuosamente un lenguaje mediante dos redes diferentes y superpuestas: la física que el visitante común recorre hasta perderse en su multiplicidad y fragmentación, y la simbólica que la ordena y la interpreta, aunque solo para aquellos espíritus afines capaces de leer como significaciones los que no son nada más que significantes sensibles para los demás, y merced a esa lectura reconstruir su orden. Hay un laberinto de las calles y un laberinto de los signos. En ambos sentidos la ciudad desarrolla -y reproduce- una gramática: "toda ciudad puede parecernos un discurso que articula plurales signos-bifrontes de acuerdo a leyes que evocan las gramaticales".



(Ángel Rama, La Ciudad Letrada, Ed. Siglo XXI, 2003)

jueves, 12 de julio de 2012

Sonó el despertador


Katherine Vidal     

 Sonó el despertador y así mismo el sonido de muchas personas en la calle defendiendo sus principios, ideas y derechos; hombres, mujeres y jóvenes, una sociedad dividida en dos, un país en la mirada de muchos, golpeado, atemorizado y amedrentado, en algunos sectores donde las preguntas eran el pan de cada día. La libertad era perseguida por la prisión que llevaba consigo un arma en las manos las cuales no dudaban en tirar del gatillo, por su bien propio o por gusto, mis pensamientos  e ideas fueron encasillados en el molde de alguien que se imponía con un traje, molde que fue establecido como correcto y que aprisionó a un lote de voces que gritaban por una mirada diferente, que no se escribió en los libros de historias, que no se enseñó en una sala de clases, más bien se pintó en las calles con el color de su sangre.
     Sonó el despertador  y así mismo un despertar diferente, diverso y confuso donde familias se desintegraban  y no precisamente para crear otra, sino por ideales, por el querer vivir un día más, pero para ello debían dejar todo lo que estaba en su tierra, tierra que al parecer en ese preciso instante les daba la espalda, tierra que se vistió de desolación, incertidumbre y en muchas ocasiones de desesperanza, tierra que fue golpeada por un montón de manos torcidas que no solo surgían desde la misma, sino también desde afuera contribuían para extirpar lo que para un solo traje no correspondía. Las horas comenzaron a ser controlas por el mono de traje que adopto al cronos con avisos de queda, donde se estipulaba un tiempo para todo e incluso el conseguir alimento, sin embargo hasta lo más básico se convirtió en algo complejo como el comprar, como el asistir a la escuela, como el ver a tu padre o madre en la tarde luego del trabajo, ya que no sabías si ellos volverían. La tierra estaba movediza y todo movimiento mal hecho te hundía en estadios, en prisiones, en ríos, etc., en cualquier lugar donde te hubiera pillado la mano con el arma, arma que violaba el derecho a respirar un día más.
      Sonó el despertador y comenzó un día nuevo donde las memorias son lo único que se llevarán para siempre en nuestra tierra que jamás dejó de luchar, y siempre hizo todo a su alcance para lograr que su voz fuese escuchada por más que la aprisionaran, donde siempre habitarán en las historias jamás contadas, en las salas de clases sin paredes que la fuercen a decir solo lo que el traje dejó en su sombra, sombra que habitará siempre en los recuerdos de nuestras calles, de nuestros espacios, de nuestras vidas afectando de algún modo a las generaciones que vienen.

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