Signos Bifrontes

Dice Rama, Las ciudades despliegan suntuosamente un lenguaje mediante dos redes diferentes y superpuestas: la física que el visitante común recorre hasta perderse en su multiplicidad y fragmentación, y la simbólica que la ordena y la interpreta, aunque solo para aquellos espíritus afines capaces de leer como significaciones los que no son nada más que significantes sensibles para los demás, y merced a esa lectura reconstruir su orden. Hay un laberinto de las calles y un laberinto de los signos. En ambos sentidos la ciudad desarrolla -y reproduce- una gramática: "toda ciudad puede parecernos un discurso que articula plurales signos-bifrontes de acuerdo a leyes que evocan las gramaticales".



(Ángel Rama, La Ciudad Letrada, Ed. Siglo XXI, 2003)

miércoles, 4 de julio de 2012

La mesa redonda de la lingüística


Francisco Jiménez

Que todo hombre, mujer y niño sea testigo de que a partir de este día,
estaremos unidos por una gran causa común; derrotar a los celtas.
Rey Arturo Pendragón


En la ciudad de Praga, se lleva a cabo una mística junta de ciertos personajes intelectuales, forman algo así como un tipo de mesa redonda, pero no necesariamente para discutir el futuro de las ciudades, vidas de las personas o las riquezas imperiales, sino que para dar a conocer sus propuestas sobre algunos puntos de las características del lenguaje moderno; quedando la lengua y el lenguaje como principal motivo de la junta[1].
El Mago Merlín Roman Jakobson, toma cartas en el asunto con los caballeros reales, los mejores lingüistas del mundo: Bohuslav Havránek, Vilém Mathesius, Joseph Vachek, Bohumil Trnka, Nicolai Troubetzkoy y Sergei Karcevskij y proponen variadas dicotomías con las que se deberán enfrentar en esta mesa y darles una buena solución para no generar un caos social o caer en una disputa lingüística con los celtas; algunas de las discusiones eran: lengua/habla, sincronía/diacronía, sintagma/paradigma y el lenguaje mismo como destructor de la lengua.
La dicotomía entre lengua y habla se discutió y llegaron al consenso de que sin habla no hay lengua, ya que el habla es el empleo o uso de la lengua de sus participantes y/o hablantes y la lengua es un conjunto de signos con los cuales se rigen los hablantes de una lengua en común. Entre sincronía y diacronía es donde entra en juego el Rey Ferdinand de Saussure, padre de la mesa redonda lingüística moderna, donde dice que para estudiar la lengua se deben emplear métodos de estudios de fenómenos aislados para luego expresarlos en razón completa, en la evolución histórica o sincrónica. Además existen muchas otras razones de esta importante reunión donde se analiza el lenguaje como expresión o comunicación, donde dicen que el habla no está compuesta de sonidos, sino de fonemas; los sonidos son acontecimientos y los fonemas estructuras, la lengua representa, sobre todo, el instrumento de comunicación con los demás y sirve para expresar los pensamientos, deseos, sentimientos y permite influir en otras personas. Sin embargo, luego de muchas alabanzas a la lengua humana, se llega a un acuerdo final donde explican que la comunicación humana es el único medio que degenera y destruye a esta misma.
El proceso de comunicación social es como los grupos de los Celtas, que atacan de vez en cuando a Inglaterra, entendiendo que los celtas son esas malinterpretaciones del lenguaje que lo deforman e Inglaterra es el lenguaje en sí o el lenguaje cotidiano; pero que sin duda alguna se debe conservar en el tiempo como algo netamente necesario y complementario, debido a que el hombre es un ser gregario, requiere y debe mantenerse enlazado, comunicado y más aún, participar activamente de esta sociedad.
La principal forma social que degenera al lenguaje, que se acató en esta junta, es la escritura, las faltas ortográficas llevan a dudar de las mismas capacidades comunicacionales de las personas; pero sin vacilación alguna que tomando el legado que nos dejan los participantes de esta mesa redonda de la lingüística, llevaremos el lenguaje a un nivel mayor; y de esta forma derrotar a esos grupos Celtas que atacan de forma repentina a nuestras vidas y con quienes interactuamos comunicativamente en el diario vivir.
Las últimas palabras del Rey Ferdinand de Saussure a sus caballeros antes de morir presa de una falta ortográfica, fueron: ¡Caballeros míos estamos a punto de dejar un gran legado a nuestro pueblo, pero esto se hará realidad sólo si derrotamos a estos celtas, que más de algún problema nos han dado!.





[1] Referida al texto trabajado; EL CÍRCULO DE PRAGA.

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