Signos Bifrontes

Dice Rama, Las ciudades despliegan suntuosamente un lenguaje mediante dos redes diferentes y superpuestas: la física que el visitante común recorre hasta perderse en su multiplicidad y fragmentación, y la simbólica que la ordena y la interpreta, aunque solo para aquellos espíritus afines capaces de leer como significaciones los que no son nada más que significantes sensibles para los demás, y merced a esa lectura reconstruir su orden. Hay un laberinto de las calles y un laberinto de los signos. En ambos sentidos la ciudad desarrolla -y reproduce- una gramática: "toda ciudad puede parecernos un discurso que articula plurales signos-bifrontes de acuerdo a leyes que evocan las gramaticales".



(Ángel Rama, La Ciudad Letrada, Ed. Siglo XXI, 2003)

martes, 3 de julio de 2012

Mirada cultural de la ciudad


Marcela Álvarez

En La Ciudad Letrada, Ángel Rama se introduce en los países latinoamericanos para profundizar en el papel transculturador de las culturas urbanas, y en específico, para revelar y dejar al descubierto como la escena pública, los lugares e instituciones han llegado a jugar un rol relevante en la organización de la vida cultural, y como sus actores culturales principales, los letrados, ya sean escritores de críticas, novelas, la televisión, los medios de comunicación en general van modificando las conductas humanas y por lo tanto también la vida cultural.
Originar una imagen del proceso cultural tiene por objeto recuperar la calidad de la actividad intelectual, de la producción y circulación cultural, ya que en estos tiempos la producción cultural estética y simbólica está ligada de algún modo con los modelos políticos-económicos específicos en que están inserto la forma de transmitir esta producción cultural es teniendo dinero para poder publicarlo, y en el peor de los casos cuando no se cuenta con este recurso se puede quedar en el olvido una gran obra de arte. Por otro lado,  también tenemos los medios de comunicación para transmitir nuestra producción cultural, pero si no tenemos influencias en estos medios tampoco se puede lograr mucho.
Quizás unos de los mayores y más relevante aporte de La Ciudad Letrada (1984) es que postula entender el discurso, el texto en sí, como una destreza realizada por agentes trasculturadores, escritores, músicos, etc. para responder a demandas sociales definidas en un contexto histórico específico, en un espacio físico concreto, en un aspecto más amplio y llevándolo ahora a la sala de clases, cabe recordar a Patricio Bruna y a Héctor Satelices: dos productores culturales que en sus diferentes obras realizan una crítica social; este último está inserto en una zona periférica de Valparaíso, por lo tanto su crítica social es desde dentro del problema: drogadicción, niños que deben ser hombre a la fuerza; en cambio Patricio Bruna hace una crítica por lo menos, en algunos de sus obras, al gobierno de la Dictadura (1973-1990), las matanzas realizadas e incluso en la impunidad que se encuentran algunas instituciones, esto demuestra cómo influye el contexto histórico de manera diferente en cada productor cultural.
Es posible postular que La Ciudad Letrada no es sólo un libro sobre la escritura, sino también un libro que intenta formar públicos nacionales e internacionales dispuestos a cambiar su manera de ver, o su punto de vista, capaces de reflexionar sobre un tema.
La opción de Rama en La Ciudad Letrada, demuestra que lo que se creía un cruce en el camino, el quiebre de la sociedad letrada era en realidad una multiplicación, una constante de las rutas posibles del trabajo intelectual. Ya que no era necesario que tomaran un solo camino sino que incluso podían ir mezclando estos caminos, dependiendo de lo que querían producir en el lector. Esto explica porque Rama toma otro camino para escribir su libro, un camino donde intenta enseñar y/o producir algo en los lectores.
Gracias a todos estos caminos a tomar, y al hecho de que cada productor social tomara una línea o varias para producir un cambio en el lector, se llega a la conclusión de que la literatura no es simplemente un conjunto de obras y autores, sino un grupo de prácticas discursivas y no discursivas, literarias y no literarias, son discursos y textos con producción de sentido socialmente determinadas, que el escritor produce y el lector debe transformarlo, esto me lleva a recordar El Manifiesto Antropófago, que el lector debe comerse un texto y luego vomitar sus propias ideas. En la sociedad es un poco difícil lograr esto, y uno como profesor se debe preguntar ¿Qué podemos hacer para lograr que los alumnos tengan sus propias ideas? Ya que un profesor le dice una idea al alumno, este se queda con eso solamente, y en muy pocas ocasiones es capaz de reflexionar o investigar por sí mismo.
            En conclusión, esto es sólo mi opinión sobre el texto, los invito a leerlo y a sacar sus propias conclusiones, solo les puedo decir que este libro es visto como un precursor de las tendencias críticas que aparecen en los siguientes años.

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