Signos Bifrontes

Dice Rama, Las ciudades despliegan suntuosamente un lenguaje mediante dos redes diferentes y superpuestas: la física que el visitante común recorre hasta perderse en su multiplicidad y fragmentación, y la simbólica que la ordena y la interpreta, aunque solo para aquellos espíritus afines capaces de leer como significaciones los que no son nada más que significantes sensibles para los demás, y merced a esa lectura reconstruir su orden. Hay un laberinto de las calles y un laberinto de los signos. En ambos sentidos la ciudad desarrolla -y reproduce- una gramática: "toda ciudad puede parecernos un discurso que articula plurales signos-bifrontes de acuerdo a leyes que evocan las gramaticales".



(Ángel Rama, La Ciudad Letrada, Ed. Siglo XXI, 2003)

viernes, 13 de julio de 2012

Ese día


Jannis Navarro

Veo siempre a las personas correr por todos lados, muchos de ellos pasan alrededor mío sin percatar mi presencia soy uno más, a veces me hacen algún gesto y yo me muevo de agradecimiento, pero la mayoría del tiempo siento que por mi condición no soy tomado en cuenta, sin embargo, ese día todos andábamos un poco más temerosos y apurados de lo usual…
Me levanté como siempre cerca de aquel cobertizo que me alberga por la noches y decidí ir a buscar mi desayuno, vi al señor del palacio en el balcón contemplando con cara pensativa lo que estaba ocurriendo, además habían (más de lo normal) hombres vestidos de verde, con armas en la manos y una especie de tortuga gigante delante de ese gran edificio, escuché desde la radio del almacén de Don Julio, que un hombre decía que una tal junta militar de gobierno sacaría al señor que estaba dentro del palacio y tomaría el control del país. Don julio cerró en un dos por tres el almacén gritando que quedaría la grande, dejándome a mí solo con mi pan a medio terminar.
Seguí caminado hacia el palacio, quería saber qué es lo que ocurría, estaban junto a mí personas que miraban de forma expectante y hablaban entre ellos y decían que no permitirían que pasara eso y le recordaban a sus madres a los hombres de verde que estaban al frente. De repente me llegó una pelota corrí para jugar con ella, pero apenas la toqué salió un humo que me seco toda la garganta y me hiso llorar, corrí lo más lejos posible de esa cosa, cuando logré por fin mirar, las personas que estaban a mi lado, los de verde ya los tenían en el suelo boca abajo apuntándolos con las armas. Mientras observaba la escena escuche unos pájaros gigantes que andaban volando arriba del palacio y de la nada grandes estallidos retumbaron en mis oídos, el edificio se desmoronaba ante mis ojos y yo no podía creerlo, las llamas consumían todo a su paso, mientras llegaban más tortugas gigantes con hombres arriba apuntando a todo lo que impidiera su paso.
Días más tarde 4 señores asumieron el poder, y así fue durante varios años, yo tenía confusión tremenda, algunas personas muy contentas estaban celebrando y abrazándose, diciendo que por fin se había logrado la paz y que el país ya no estaba en manos de un tal marxista, pero a su vez habían personas que lloraban y decían que sus familiares estaban perdidos, lo que yo no podía comprender porque yo siempre cuando me pierdo luego vuelvo ya que marco mi territorio y lo conozco muy bien. Siempre se me viene a la mente ese día que me paralizó, decidí correr, corrí tanto que llegué a un lugar en donde nunca había estado, me sentí solo y perdido, me detuve en una plaza a tomar un  descanso bajo un árbol, cuando se acercó un niño medio perturbado, me hizo un gesto para que me acercara y me dijo que le gustaría ser como yo, empezó a decirme que hace un par de días un señor de los de verde le había dado pedazo de pan, no quería aceptarlo, pero justo estaba con otro niño que le dijo que ellos eran buenas personas y que querían el bienestar del país, que si ofrecían su comida había que aceptarla, él se lo comió con muchas ganas ya que tenía hambre, estaba en eso cuando un joven empezó a gritarle que dejaran de torturar a los inocentes a lo que el de verde, tomo su arma y le disparó dándole muerte inmediatamente, me decía también que estaba confundido, porque estaba feliz por aquel que le había dado de comer y a la vez triste por su accionar, que no sabía que pensar y que prefería estar junto a su madre, la cual se fue al extranjero por un viaje de negocios pero que después por casualidad había escuchado que la habían exiliado del país por ser de mente distinta o algo así.
Cundo supe eso yo ya no sabía que pensar, caminaba por las calles y notaba esa agonía del niño, y solo pude llegar a una conclusión que por esos días, solo por esos días no quise ser humano… Guau- Guau.

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