Signos Bifrontes

Dice Rama, Las ciudades despliegan suntuosamente un lenguaje mediante dos redes diferentes y superpuestas: la física que el visitante común recorre hasta perderse en su multiplicidad y fragmentación, y la simbólica que la ordena y la interpreta, aunque solo para aquellos espíritus afines capaces de leer como significaciones los que no son nada más que significantes sensibles para los demás, y merced a esa lectura reconstruir su orden. Hay un laberinto de las calles y un laberinto de los signos. En ambos sentidos la ciudad desarrolla -y reproduce- una gramática: "toda ciudad puede parecernos un discurso que articula plurales signos-bifrontes de acuerdo a leyes que evocan las gramaticales".



(Ángel Rama, La Ciudad Letrada, Ed. Siglo XXI, 2003)

viernes, 1 de junio de 2012

Contra el miedo y contra el terror


Vittorio Valletta


El museo de la memoria, representa el desenlace final de este proceso y la relación entre País y Memoria.  Se trata de una memoria democrática, que con éxitos y fracasos, se instala como una institución de Estado. El discurso inaugural de la presidenta, es una muestra de ello, pues pone énfasis en el dolor como una experiencia lamentable, pero no como un valor es decir, alguien no es más que otro por haber sufrido, y pone como eje central la necesidad del construir una sociedad unida, democrática, capaz de poner ante todo, el valor y el respeto a los derechos de las personas.
La inauguración de este Museo es una poderosa señal del vigor de un país unido. Que declara en voz de la presidenta el día de su apertura: “Unión que se funda en el compromiso compartido de nunca más volver a sufrir una tragedia como la que en este lugar siempre recordaremos, tragedia que desde el primer día sumó la negación y el ocultamiento al dolor del cautiverio o la muerte.”[i]
“Los derechos humanos deben y pueden ser respetados en cualquier circunstancia”. Y justamente en eso reside su universalidad. Lo que sí hizo la crisis fue socavar las bases de convivencia que necesita una sociedad democrática. Y en ese contexto, en esa debilidad, el odio injustificado pudo imponerse.  En eso, justamente, está el aprendizaje que hemos hecho como país.  Y por eso la necesidad de este Museo, porque el recuerdo de los ausentes que con esta obra aquí renacen, nos dice que es esencial preservar nuestra unidad y nuestra convivencia.
El museo de la memoria realmente invita a toda una sociedad a asumir su experiencia histórica, a mirarse a si mismos veinte años después del fin de la dictadura, para ofrecernos imágenes, relatos, documentos, y sonidos de una época realmente lamentable y vergonzosa para nuestra historia. Invita a realizar un recorrido atento y reflexivo, no únicamente desde el punto de vista de la responsabilidad de quienes pensaron y practicaron el Terrorismo de Estado, sino también de los civiles que colaboraron, de los que miraron hacia otro lado, de los que gozaron la bonanza económica, entre tantos otros, mientras miles de seres humanos eran cruelmente asesinados, torturados, recluidos, exiliados y mientras tantas familias y comunidades se desmoronaron entre tanto miedo y horror.
Es importante pensar el museo de la memoria más allá de un “relato del pasado”. Se trata también de mirarnos nosotros en ese relato y visualizar los desafíos que nos ofrece el presente para trabajar por el desarrollo de nuestra sociedad, para el fortalecimiento de nuestra democracia, para disminuir las desigualdades entre las personas y para construir nuevos proyectos sociales, con la convicción ciudadana y democrática de poder transformar la realidad sin violencia y sin miedo. Sería un verdadero logro del museo de la Memoria y los Derechos Humanos, pero sobre todo un necesario y genuino triunfo de la memoria, de la democracia y de la ciudadanía contra el olvido, contra el miedo y contra el terror.


[i] Discurso inaugural Museo de la Memoria, Michelle Bachelet.

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