Francisco Jiménez
Siempre
la historia universal se comporta de forma cíclica y en la historia del hombre
hay ciertos eventos que se repiten de manera natural, esta es la presencia de
las miles de revoluciones que ha sufrido la humanidad; desde su aparición en la
tierra, hasta los días de hoy, la actualidad y probablemente sigan pasando
estos fenómenos y que está claro decir que nunca pasarán por alto.
Está
demás decir que muchas personas han sido víctimas del sistema presente en la
humanidad y netamente predominante, un claro ejemplo es la lucha para erradicar
la desigualdad social, económica y política en muchos casos. Sin embargo no
todos los acontecimientos del sistema son malos para la vida de los individuos;
es aquí donde entran en juego las revoluciones: en cuanto a lo social podemos
encontrar la revolución del proletariado en una aún mayor, la revolución
industrial, donde la proletaria u obrera que pertenece al marxismo, aquí
intenta crear consciencia de lucha en la gente y así poder ocupar el escalón de
la clase dominante en esa época; posteriormente llegar a un estado ideal para
ellos “un estado socialista”, también fue llamada revolución comunista.
Por
otro lado la revolución industrial trajo muchos beneficios para los ámbitos de
la agricultura, la producción en masa, pero cambió de por vida la mano de obra
por múltiples maquinarias que hacían el
trabajo de cientos de personas, otra gran lucha o revolución que se está
llevando a cabo.
También
existen revoluciones específicas en estados o territorios también específicos: revolución
francesa, revolución alemana, revolución española; además algunas presentes
aquí en América con la revolución paraguaya, revolución cubana, y la revolución
argentina. Cabe destacar que en todas las revoluciones presentes en la
historia, el factor más importante es el capital humano, el que jamás podrá ser
reemplazado en funciones primordiales para la subsistencia misma de ellos,
debido a que sólo las personas entregan valores, moralizan, dan afecto y lo más
importante; generan el ambiente en el cual inmiscuirse para que se desarrollen
estos eventos, que sin duda alguna son para el bienestar de la mayoría, no como
se ve en la gran parte de la historia, solo unos pocos con el mayor devenir y
muchos con lo peor.
Es
por este motivo que se hace alusión a lo antropófago y todo lo relacionado con
el hombre en sí, ya que solo él es el responsable de los actos venideros y que
hubieron, y con su intelecto desarrollar la mejor respuesta para enfrentar los
desafíos que como lo dice el dicho “imponen las vueltas de la vida”. Según el
texto debemos llevar a cabo todo esto por medio de la conciencia y la verdad,
no pensar a medias, estas dos son características esenciales de un sagaz
antropófago. En síntesis, “hay que dejar fluir la vida”, pero
puede haber intervenciones en ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario